Fobias

Respecto de las fobias, podemos citar tres tipos:
Agorafobia. Las situaciones más amenazantes suelen ser al sentirse atrapado, al estar lejos de casa y al quedar bloqueado en una cola, por eso aportan seguridad situaciones como el acceso a una salida o la compañía de alguien de confianza.
Fobia social o trastorno de ansiedad social. Se caracteriza por un miedo intenso y persistente a situaciones sociales o a actuaciones en público de la propia persona, temiendo a actuar de modo embarazoso o a mostrar síntomas de ansiedad. Esto lleva a evitar situaciones sociales o a soportarlas con una ansiedad o malestar intensos. Las principales situaciones temidas son: participar en charlas, iniciar y mantener conversaciones con gente nueva, hablar en público relacionarse con el sexo opuesto o preferido, establecer relaciones íntimas, asistir a fiestas, concertar citas, situaciones que implican asertividad (hacer una reclamación, devolver un producto, hacer o rechazar peticiones, hablar con figuras de autoridad), comer, beber y escribir en público. Hay situaciones que implican interacción con otras personas y suponen ajustar el propio comportamiento al de los demás y hay otro grupo de situaciones que implican el miedo a ser observado cuando hay otras personas presentes.
Las reacciones más frecuentes son palpitaciones, taquicardia, temblor de voz, de manos, tensión muscular, sudoración, sonrojarse, malestar gástrico, boca seca, cefalea y hay otras menos frecuentes como dificultad para respirar y dolor en el pecho.
La evitación de situaciones temidas es frecuente: se evita participar en situaciones sociales, ser el centro de atención o manifestar síntomas temidos.
El psicólogo o psicóloga, según los objetivos a alcanzar, personaliza el tratamiento de la persona que acude a consulta, tratando de dotarla de recursos que le permitan, tras haber conseguido un progreso notable en terapia, seguir trabajando por su cuenta para incrementar y ampliar los cambios conseguidos.
Fobias específicas. La experiencia de ansiedad se circunscribe a un estímulo fácilmente identificable (un animal, una inyección, etc.). La reacción de temor es elevada pero su duración es tan escasa como la duración del estímulo.