La escucha consciente, la escucha de corazón a corazón

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Déjame hablarte en este post de la escucha consciente, por considerarla una de las claves más relevantes en la comunicación humana, independientemente de si se da en el ámbito de la pareja o de cualquier otra relación interpersonal.

Estoy convencida que más de una vez te has sentido incómodo, incomprendido o con desconfianza por no ser escuchado pero, ¿has pensado que las otras personas se han sentido igual ante tu falta de escucha?

Antes de comenzar con el tema que nos ocupa, la escucha consciente, me gustaría que leyeras esta reflexión de R. O’Donnell. No sé qué te parecerá a ti, pero yo me siento totalmente identificada con la experiencia que describe cuando no somos escuchados:

“¡Escucha! Cuando te pido que me escuches y tú empiezas a aconsejarme,

no estás haciendo lo que te he pedido.

Cuando te pido que me escuches y tú empiezas a decirme por qué yo no debería sentirme así,

no estás respetando mis sentimientos.

Cuando te pido que me escuches y tú piensas que debes hacer algo para resolver mi problema,

estás decepcionando mis esperanzas.

¡Escúchame! Todo lo que te pido es que me escuches,

no quiero que me hables ni que te tomes molestias por mí.

Escúchame, sólo eso.

Es fácil aconsejar. Pero yo no soy un incapaz. Tal vez me encuentre desanimado y con problemas,

pero no soy un incapaz.

Cuando tú haces por mí lo que yo mismo puedo y tengo necesidad de hacer,

no estás haciendo otra cosa que atizar mis miedos y mi inseguridad.

Pero cuando aceptas, simplemente, que lo que siento me pertenece a mí, por muy irracional que sea,

entonces no tengo por qué tratar de hacerte comprender más

y puedo empezar a descubrir lo que hay dentro de mí.”

(R. O’Donnell)

Hablamos mucho, pero decimos poco.

Pasamos muchas horas al día hablando, pero la mayoría de las veces lo hacemos de una forma superficial. Nos decimos muchas cosas, pero no lo hacemos desde nuestro estado más profundo. Me atrevería a decir incluso, que esta última opción a menudo nos atemoriza, dejándola de lado y tapando lo que alberga nuestro interior. 

Si la comunicación de nuestros sentimientos y emociones nos resulta complicado, la escucha consciente también lo es para muchas personas.

Escuchar es un proceso psicológico que implica otras variables como son la atención, el interés o la motivación. Todos nosotros estamos seguros de que oímos (a no ser que tengamos problemas de audición), pero lo que no está tan claro es si escuchamos. 

Escuchar es bastante más complejo que simplemente quedarnos callados cuando alguien habla.  Se trata de un proceso activo que necesita de nuestra atención consciente dirigida al otro. En este sentido, también implica atender al lenguaje corporal, al tono o la expresión facial, o a la emocionalidad que intuimos detrás de las palabras. 

Es decir, que aunque oír no sea una decisión consciente, escuchar sí lo es.

El bullicio mental y sus bloqueos

Algo que bloquea sostener una escucha atenta y consciente es el ajetreo mental, esos pensamientos que van y vienen de forma incesante y que nos distraen del momento presente, de aquello que ahora estoy oyendo y que además debo escuchar. 

Si no nos damos cuenta de que esto ocurre, quedaremos atrapados en el bullicio mental, abstrayéndonos del mensaje que se nos transmite y quedando desconectados de la persona que nos habla.

“Para llegar a conocer la verdadera belleza de un árbol, uno debe de descansar tranquilamente debajo de su sombra. Para conocer a alguien, es necesario pararnos debajo de su sombra por un momento. ¿Qué significa esto? Significa poder escuchar en silencio y recibir la esencia de quién realmente es, como si estuviéramos debajo de la sombra de un árbol, conociéndolo desde su interior.”– Tara Brach

La escucha consciente y su enemiga las prisas

La escucha consciente no se lleva demasiado bien con las prisas y con esta vida tan acelerada que llevamos. Para poder escuchar adecuadamente tenemos que parar, dejar en pausa por un momento nuestras necesidades y pensamientos para poder enfocarnos en la otra persona.

Otra barrera que necesitamos identificar es la que interpone nuestro ego, ese que siempre quiere tener la razón. Estamos tan pendientes de lo nuestro y de imponer nuestra voz, que no permitimos a los demás expresarse. Llenamos esas conversaciones, no con escucha, sino con opiniones y consejos que ni siquiera nos han pedido. Finalmente, la otra persona lejos de sentirse escuchada se siente incomprendida.

La auténtica escucha y comunicación llega desde el corazón

Anhelamos algo más que intercambiar información. Queremos una verdadera comunicación y esta llega no desde la superficie, sino desde el corazón. 

La escucha y la comunicación consciente nos permiten establecer vínculos sólidos desde el ser; facilitan esa disposición incondicional para escuchar la profundidad del otro y para expresar nosotros mismos nuestra riqueza interior. 

Observar las dificultades que nos permiten escuchar conscientemente transformará la experiencia de nuestras relaciones. A veces son resistencias, otras veces sentimos miedo, y en otras ocasiones se trata de heridas pasadas que nos impiden abrirnos a recibir del otro.

Al escuchar a la persona que tenemos delante estando plenamente presentes, nos abrimos a su mundo interior, nos conectamos, suspendemos nuestros juicios, dejamos de interpretar o presuponer y dejamos de tomarnos personalmente las cosas.

Escuchar, no solo nos pone en contacto con la otra persona, sino que también recuperamos la conexión con nosotros mismos. Se trata de dos países que se unen sin fronteras, se produce una conexión de Ser a Ser. 

“La auténtica comunicación resulta tan gratificante que merece la pena que nos preguntemos por qué perdemos tanto tiempo oyendo sin escuchar” (José María Doria).

Todos/as podemos ejercitar la escucha consciente y de esta manera poder recibir esa escucha de los demás. Escuchando nos vinculamos con las personas que nos rodean y nos impregnamos de aquello que sienten. Y cuando somos escuchados confiamos, nos sentimos validados, reconocidos y amados. Cuanto más escuches a tus seres queridos y a las personas que te rodean más amor estarás regalando. ¡Puedes comenzar hoy mismo!

“No podemos ver o comprender a alguien cuando estamos intentando controlar o cuando nuestra intención es dejar una buena impresión con lo que decimos. En estas circunstancias, no hay espacio para que la otra persona crezca y para que pueda ser quien realmente es. Escuchar y recibir incondicionalmente lo que otra persona expresa es en realidad una expresión de amor”. (Tara Brach)

Soy Blanca, psicóloga y terapeuta transpersonal, especializada en terapia del inconsciente. Te ayudo a crecer superando las heridas emocionales y conectando con tu sentido de vida, para disfrutar de mayor plenitud y consciencia.

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